Ginebra, Suiza - 16 de mayo 2015
En la madrugada de hoy, cuando llegaba a su fin la triple conferencia de las Partes de 2015, las Partes en los convenios de Basilea, Estocolmo y Rotterdam acordaron medidas de significativa importancia.
Organizados bajo el tema “De la ciencia a la acción: trabajando por un futuro más seguro”, casi 1 200 participantes de 171 países se reunieron en Ginebra del 4 al 15 de mayo de 2015 para llevar adelante el programa sobre productos químicos y desechos de este evento bienal.
Los aspectos más relevantes de las decisiones adoptadas en la última jornada fueron varias directrices técnicas para la gestión de desechos en el marco del Convenio de Basilea, cuatro nuevos productos incluidos en los convenios (tres en el Convenio de Estocolmo y uno en el Convenio de Rotterdam - los naftalenos policlorados, el hexaclorobutadieno y el pentaclorofenol, sus sales y ésteres, y el metamidofos, respectivamente), así como la continuación y fortalecimiento de las sinergias y arreglos para la aplicación. Entretanto, varios productos químicos analizados no quedaron incluidos, pero su examen fue diferido o definido como aspecto de especial atención para los grupos de trabajo entre períodos de sesiones.
Con el propósito de ayudar a las Partes a mejorar la gestión de las principales corrientes de desechos y a avanzar hacia la gestión ambientalmente racional, se adoptaron directrices técnicas del Convenio de Basilea relativas a los desechos de mercurio y a desechos de contaminantes orgánicos persistentes (una corriente de desechos general y 6 corrientes de desechos específicas). De especial importancia es la adopción con carácter provisional de las directrices técnicas relativas a los movimientos transfronterizos de desechos electrónicos y de productos electrónicos y eléctricos usados.
Las directrices técnicas del Convenio de Basilea sobre los desechos electrónicos proporcionan orientación indispensable sobre cómo identificar los desechos electrónicos y los equipos usados que se trasladan de unos a otros países, con el objetivo de controlar el tráfico ilícito. Esta adopción tuvo lugar apenas días después de que el PNUMA publicara nuevos datos que indican que hasta el 90% de los desechos electrónicos se gestionan de forma ilícita, lo cual representa para los países un gasto anual del orden de los 18,8 mil millones de dólares estadounidenses y graves riesgos para la salud humana y el medio ambiente, en particular en África. Concebidas para proporcionar igualdad de condiciones para todas las Partes en el Convenio, las directrices apoyarán y alentarán la recuperación, reparación, reciclaje y reutilización eficaces de los componentes y equipos electrónicos no peligrosos.
En relación con los plaguicidas en cuyo caso no se logró consenso para incorporarlos a los convenios, incluyendo las formulaciones de paraquat y fentión y el triclorfón, Clayton Campanhola, Secretario Ejecutivo de la FAO para el Convenio de Rotterdam, comentó que “los plaguicidas peligrosos no están ayudando a los países a producir más con menos, al contrario: si son mal gestionados pueden causar impactos negativos en los recursos naturales y la salud de las comunidades rurales y los consumidores". En este sentido, las Partes solicitaron asistencia técnica adicional y apoyo para identificar alternativas al uso de plaguicidas peligrosos que - combinadas con la gestión integrada de plagas (GIP) y enfoques agroecológicos - establezcan la base para un desarrollo agrícola y rural sostenible.
Mientras muchos representantes de las Partes expresaron su decepción ante la imposibilidad de llegar al consenso necesario para incluir más de los productos químicos propuestos en los convenios de Estocolmo y Rotterdam, el Secretario Ejecutivo de los convenios de Basilea, Estocolmo y Rotterdam, Rolph Payet, subrayó la importancia de las medidas adoptadas al expresar que “el objetivo conjuntamente reforzado de nuestros convenios es la protección de la salud humana y el medio ambiente, y las directrices y listados adicionales adoptados por las Partes durante estas dos semanas continuarán moviéndonos en esa dirección crucial. Tenemos que colocar la gestión sostenible de los productos químicos y los residuos en el contexto de vida de la gente, especialmente los más de mil millones de personas en nuestro planeta que continúan viviendo en la pobreza absoluta y que aspiran a mejorar su situación de cualquier manera. Nunca titubearemos ante el cumplimiento de nuestra moral y de nuestras responsabilidades políticas respecto a las personas más vulnerables de este mundo, y estoy firmemente convencido de que los tres convenios seguirán ofreciendo el mejor marco para avanzar conjuntamente hacia una economía más verde, más inclusiva y un futuro más seguro para todos”.
Notas para los editores:
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El Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación es el acuerdo ambiental internacional más amplio sobre desechos peligrosos y otros desechos, y cuenta con 183 Partes.
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El Convenio de Rotterdam sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo Aplicable a Ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos Objeto de Comercio Internacional promueve la responsabilidad compartida y los esfuerzos cooperativos entre sus 154 Partes.
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El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes es un tratado mundial que protege la salud humana y el medio ambiente de los productos químicos que se mantienen intactos en el medio ambiente durante largos períodos, se difunden en amplias zonas geográficas, se acumulan en el tejido adiposo de los seres humanos y los animales salvajes y tienen efectos nocivos sobre la salud humana y el medio ambiente. Cuenta con 179 Partes.
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Los naftalenos policlorados, el hexaclorobutadieno y el pentaclorofenol y sus sales y ésteres, son contaminantes orgánicos persistentes que plantean graves amenazas a la salud humana y al medio ambiente.
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El metamidofos es un insecticida a base de organofosfato extremadamente tóxico que causa serios efectos adversos para la salud humana, en particular a los sistemas neurológico, inmunitario y reproductivo.
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Datos sobre desechos electrónicos del Informe del PNUMA “Waste Crime – Waste Risks: Gaps in Meeting the Global Waste Challenge”, PNUMA y GRID-Arendal/Nairobi (2015), 67 págs., ISBN: 978-82-7701-148-6
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